Hace ya varios años, cuando intentaba no darle importancia a lo que nos había pasado en la cordillera, alguien me llamó diciéndome que el grupo “Viven” había ganado el premio al “Sentido de la Vida” y me preguntaron si yo estaba dispuesto a ir a recibirlo.
Contesté que no, y me olvidé del tema. Unos meses más tarde me enteré que Daniel, Fito y Moncho venían a Buenos Aires a recibir el premio al “Sentido de la Vida” y me invitaron a que asistiera a la ceremonia de entrega del premio. Acepté ir con la condición de que en ningún momento se mencionara que yo estaba en la ceremonia, escondido entre el público.
El premio se otorgaba todos los años a diversas personalidades o grupos por testimoniar “el Sentido de la Vida”. Desde el primer momento me generó una enorme desconfianza, qué teníamos que hacer nosotros con el “Sentido de la Vida”?
Ese año, se otorgó el premio al rabino Sergio Bergman por su contribución al diálogo interreligioso, a la Sra. de Terzano por su labor entre los condenados en las cárceles, a un grupo de damas por su asistencia a los más necesitados, al Chaqueño Palavicino, no sé porqué, y al grupo “Viven”, tampoco sabía porqué.
Mis amigos recibieron el premio y dijeron unas palabras de forma y agradecimiento por la distinción recibida. Yo asistía perplejo, con algo de vergüenza ajena. Creía que todo aquello era algo sin sentido, justamente.
Sin embargo, en esa ceremonia, entregaron junto con el premio el libro de Victor Frankl, “El hombre en busca de sentido”. A la salida de la reunión, mi amigo Renzo Terzano, que había acompañado a su esposa a recibir su merecido premio, me recomendó leerlo. Por lo cual, llevado por mi impulsiva curiosidad, una de las primeras cosas que hice fue ir a una librería y lo compré.
El libro me cautivó, y desde entonces es uno de mis libros de cabecera. Pero sentí una gran decepción por el momento vivido. Pensé que si yo hubiera conocido la obra de Victor Frankl antes de esa ceremonia, probablemente hubiera aceptado participar de la entrega de premios y habría querido reconocer que en definitiva, tenemos algo que ver con la obra de Victor Frankl. La lectura de libro, en muchos pasajes me hizo acordar mucho lo que pasamos nosotros en la montaña.
5 comments:
Supongo que cada uno vive sus propias proezas desde un punto de vista suficientemente bajo como para no acabar de entender lo que se ha realizado. Desde el exterior a nuestros muros la gente compara e imaginamos y no creemos como nuestro vecino ha podido construir una torre tan alta con las mismas herramientas que todos poseemos. El seguir un camino con la vista fijada a un logro personal, nos hace fuertes, hace que cualquier piedra en el camino, o en su caso cualquier montaña sea eso, solo una piedra. Y bajo mi punto de vista es lo que ustedes "demostraron cientificamente". Cualquier meta es alcanzable, a no ser que en el libro de la vida dejemos de ser uno de los protagonistas principales. A falta de leer el libro que usted recomienda, creo que la respuesta a cual es el sentido de la vida? lo encontrare en la ultima frase del libro de mi propio camino.
Gracias Pedro por recomendarme el libro de Victor Frankl : No sabia que leer y segun tu opinion, pronto voy a comprarmelo. Aqui empieza el invierno, es tiempo de leer y reflexionar sobre el sentido de la vida... Tengo tambien que procurarme el libro de Vierci, ya no es traducido al francés, pero cuando lo encontraré, podré leerlo en V.O... Me preparo leyendo tus posts.
Un abrazo. Armand
Hola Armand, soy Gloria, hermana de Pedro. Si estás por leer "El Sentido de la Vida", te cuento mi experiencia con ese libro. Cuando me lo prestaron, yo acababa de leer "El Largo Viaje" del escritor español Jorge Semprún, que cuenta su viaje de 4 días, hacinado junto a más de 100 deportados, en un vagón para ganado, al campo de concentración de Buchenwald, luego de ser detenido por la Gestapo. En esa época Semprún tenía 20 años (1943) y pertenecía a la resistencia francesa.
Después leí el libro de Frankl, donde cuenta su experiencia de sobrevivencia en Auschwitz, reflexiona sobre ella y sienta las bases de la "logoterapia".
Por último, me cayó casualmente en las manos otro libro de Jorge Semprún llamado "La escritura o la vida", donde narra su regreso a Buschenwald, 40 años después, y el proceso que hizo para recuperarse de sus 2 años en el campo de concentración. Escribir "El Largo Viaje" fue parte de ese proceso, intentó hacerlo apenas salir, pero tuvo que elegir "entre la escritura o la vida". Finalmente, su relato fue publicado en Francia cerca de los 60'.
Leer los 3 libros al hilo fue alucinante, cada uno te iluminaba sobre el anterior, resignificándolo, llenándolo de sentido. Realmente, recomiendo la experiencia.
Saludos,
Gloria
Gracias Gloria, creo que Armand y yo tenemos nuevos libros para leer.
No conozco la obra de Semprún, por lo que dices parece fascinante. Ese reconocimiento de que su primer libro fue parte del proceso de recuperación no lo había oído, pero suena muy lógico.
Jorge Semprun es famoso en Francia,y muy estimado pero no he leido nada de el, ahora con vuestras sugerencias tengo libros para leer hasta el fin del ano 2008 ! Y luego podremos cambiar impresiones... Saludos... Bien sincèrement. Armand
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