Friday, February 27, 2009

Errores que cometimos en los Andes

Yo sé que cometimos muchos errores.

Uno de ellos fue no haber usado el poco fuego que teníamos para hacer señales. No sé si alguien lo hubiera visto, pero en algún momento podríamos haber quemado algún asiento del avión o parte de lo que estaba en la cola. Quizás una columna de humo saliendo de la nieve podría haber sido avistada por alguien. Pero la verdad es que no recuerdo ni que hayamos hablado del tema en serio.

Otro error fue relativo a nuestra hidratación. Tomábamos agua directamente de la nieve, derritiéndola con chapas del avión y recogiéndolas en botellas. Al principio, cuando hacía mucho frío, era un trabajo muy arduo. Al final, con el clima más templado, dejó de ser un problema, agua había mucha, pero era agua demasiado pura, sin minerales. De todas maneras bebíamos mucho y algo nos hidrataba.

Sin embargo, hace poco me enteré de lo que deberíamos haber hecho para mantener la hidratación. Deberíamos haber usado nuestra propia orina para derretir la nieve y enriquecer el agua. De esa manera, habríamos mantenido mejor la hidratación del cuerpo.

La verdad, es que no se nos ocurrió, pero parece tan obvio.

Sunday, February 22, 2009

El rescate de Federico Campanini

Federico Campanini no pudo ser rescatado del Aconcagua y murió, después que otros 3 miembros de su expedición sí pudieron ser rescatados. Después de haber equivocado la ruta de descenso, Campanini tuvo una participación significativa en el rescate de los 3 andinistas, pero él no pudo volver.

Se ha divulgado un video que puede ser visto en You Tube donde muestra a un Federico Campanini agotado y casi desahuciado, tratado con rudeza por los miembros de la patrulla de rescate. La prensa dice que se ha hecho un planteo judicial por “abandono de persona”.

Solo puedo decir una cosa. No podemos juzgar con los parámetros de la civilización lo que ocurre a 6800 metros de altura. Los rescatistas estaban ellos mismos en serio peligro, y su primera obligación es su propia seguridad. A 6800 metros de altura, nada es como en el llano, todo pesa 3 veces más, el oxígeno apenas existe, y las decisiones tomadas allí, no las podemos juzgar después en nuestras mesas.

Creo que solo los que allí estuvieron y los expertos pueden discutir y reflexionar sobre qué faltó y qué otras cosas deberían haberse hecho para mejorar las posibilidades de un rescate exitoso. La divulgación del video y la judicialización del caso no ayudan. Los cuestionamientos públicos solo hacen que los rescatistas pensarán dos veces antes de volver a arriesgarse en la montaña.

Sunday, February 15, 2009

Actitud?

Otra vez escuché a alguien muy serio decir que los que nos salvamos, lo hicimos porque teníamos la actitud correcta, implicando de alguna manera que los que no volvieron, no tenían la actitud correcta.

Eso no es así. Los que nos salvamos fuimos los que estábamos sentados en el lugar adecuado el día que nos accidentamos en la montaña o que estábamos sentados en el lugar adecuado el día que nos cayó el alud. No somos ni mejores ni peores que nuestros amigos que no volvieron, tuvimos más suerte, fue la mano de Dios o el destino. Pero no hicimos nada diferente.

Y los que murieron después, lo hicieron por heridas recibidas en el accidente o en algún momento posterior. Solamente Numa murió por franca desnutrición y es el camino que hubieran seguido en pocos días Coche y Roy, que estaban ya en el límite. Ninguno murió porque no quiso vivir. Todos queríamos vivir, más que nada en el mundo. 

Wednesday, February 11, 2009

Esperar 72 días

A veces pienso que si alguien nos hubiera dicho cuando nos accidentamos en los Andes, que no nos preocupáramos, porque en 72 días nos iban a venir a buscar, seguramente habríamos muerto.

No me imagino cómo nos hubiéramos organizado y preparado para sobrevivir esos 72 días en condiciones totalmente inhóspitas, sin alimentos, con temperaturas varios grados bajo cero, rodeados de nuestros compañeros muertos y a más de 4000 metros de altura.

Aún cuando preparábamos las expediciones, siempre teníamos la secreta esperanza que nos encontrarían antes, y cuando nuestros caminantes se fueron, jamás pensamos que iban a caminar por 10 antes de salir de la montaña. Siempre creímos que nos podrían venir a buscar en cualquier momento, y que debíamos sobrevivir unos días más. Sobreviviendo día a día, pensando en que nuestro rescate no estaba tan lejos, pudimos llegar al fin de nuestra odisea. Nunca pensamos que íbamos a estar tanto tiempo en la montaña.

Sin embargo, esta es una conjetura. Si hubiéramos tenido la certeza de que debíamos sobrevivir 72 días antes de que nos vinieran a buscar, no sé lo que hubiéramos hecho. Quizás sentarnos a esperar, o quizás justamente desesperar. En realidad, no lo sabemos.