Monday, August 23, 2010

Sobre los mineros en Chile

Me llamó Betty Elizalde desde su programa de radio, a pedirme un comentario sobre la situación de los mineros chilenos atrapados vivos a más de 700 mts de profundidad.

Entre otras cosas, le dije que lo nuestro era distinto, ya que nosotros podíamos ver el cielo y pensar en salir caminando. Ellos están enterrados en un pozo aunque ahora en contacto con el mundo exterior. Sin embargo la situación más parecida fue cuando nosotros quedamos atrapados por 3 días bajo toneladas de nieve cuando tuvimos un alud.

Creo que la parte más particular del reportaje se produjo cuando ella me comentó sobre las secuelas sicológicas que los mineros tendrán cuando sean rescatados de su agujero. Y yo le contesté que eso no me preocupaba mucho, ya que si finalmente eran rescatados como todos hoy esperamos, necesitarán ayuda, pero finalmente podrán reintegrarse a una vida normal. Estoy convencido que el ser humano se puede recuperar de las situaciones más complejas y nosotros somos una muestra de ello.

Monday, August 16, 2010

El cambio del desafío


Cuando caímos en la montaña, estábamos perdidos, sin saber qué hacer, sin saber donde estábamos ni si podríamos salir de allí.

Y lo primero que hicimos, fue recurrir a quienes tenían algo de autoridad. Pero la autoridad que teníamos en el grupo era muy débil. Como nosotros; tampoco sabían qué hacer, estaban perdidos, ni sabían si íbamos a poder salir de allí.

Quien tenía la autoridad formal no podía dar respuesta a la magnitud de los problemas que enfrentábamos. El tenía la autoridad para organizar un viaje a Chile, tenía la autoridad para organizar un gira de rugby, para enfrentar adversarios humanos y con reglas establecidas. Con un objetivo claro y conocido.

Pero ahora, caídos en el medio de la montaña, con sobrevivir como único objetivo claro, su autoridad no alcanzaba y nos remitía al desafío pasado, no al que estábamos enfrentando en ese momento.

Lamentablemente, él murió en una avalancha y no puedo ejercer el liderazgo adaptativo que la situación requería. Allí, nada era como estábamos acostumbrados y hubo que empezar de nuevo, a preguntar, a experimentar, a cambiar nuestros hábitos, a desafiar algunos valores y dejar ir algunas creencias culturales.

De esa manera fuimos progresando, aprendiendo a vivir en la montaña, y manteniendo esa fe inquebrantable de que en una de esas, íbamos a salir y que tenía sentido vivir lo que estábamos viviendo. Y varias personas, con o sin autoridad, desde sus fortalezas y debilidades relativas fueron haciendo aportes sustantivos para que el grupo pueda progresar y mantenerse con vida.

Saturday, August 7, 2010

Carta desde Barcelona

Querido Pedro:

Hace un par de semanas tuve el placer de estar contigo en el Colegio Lafarga en Barcelona escuchando tu historia e inmediatamente después de hacerte al final, en un aparte, una pregunta sobre aquella reconciliación que mencionaste varias veces decidí escribirte. Me propuse escribirte para contarte qué aprendí de tu relato y he dejado pasar unos días para dejar que la memoria repose y evitar dejarme llevar por impresiones precipitadas.

Me gusto mucho tu intervención por la autenticidad aunque cuando comenzaste a explicar cuestiones de comportamiento grupal y liderazgo me temí que terminaríamos en una conferencia de management cosa que afortunadamente no ocurrió. Me asombraron mucho ciertos silencios a primera vista injustificados hasta que comprendí que en tu honradez buscabas las respuestas que habías de dar a quien te preguntaba.

Te escribo a la vez con el ánimo de no dejar caer en saco roto muchas cosas que percibí como valiosas para mi propia vida y con el ánimo de que el reflejo de tus palabras en mi pueda darte alguna luz adicional.

Aprendí o reaprendí desde una nueva perspectiva hasta ahora desconocida varias cosas que estimo que son relevantes y que paso a contarte:

La primera cosa que aprendí es la importancia radical de la unidad de vida y de la humildad. Para lo primero es decisivo hacer un esfuerzo constante por integrar todas las experiencias vitales tanto buenas como malas para ir construyéndonos a nosotros mismos; para la segunda lo es el empeño continuado por conocernos a nosotros mismos, acogernos tal como somos y llevar a cabo un sincero esfuerzo por ser mejores día a día.

La segunda cosa fue el cariño que hemos de desplegar con los que nos rodean ya que, sin ser capaces de atisbar la profundidad de su interior, nunca sabemos cuánto necesitan de nosotros además de que tampoco sabemos cuanto tiempo estarán con nosotros. Esto nos ha de llevar a una actitud de entrega a los demás venciendo el peligro de adoptar una egoísta postura de aprovechamiento oportunista.

La tercera cosa es lo definitivo que es Dios en nuestra vida. No me gustó la contraposición de la acción de Dios y la acción humana en el éxito de la supervivencia a la montaña. En todo caso es un regalo del Altísimo. Desde mi punto de vista en la raíz de la lucha de los hombres por ser mejores, esto empieza con la supervivencia, está el mismo Dios impulsando nuestras acciones: sin El no podemos nada valioso. En todo Dios pone el 100% pero nos pide que también nosotros pongamos el 100%.

Muchas gracias por decidir salir a buscar la reconciliación. Aunque no lo procuraras a mi me has ayudado.

Un afectuoso abrazo

Julio Vecino Gravel