Mario Capecchi is the 2007 Medicine Nobel Price winner. He was born in Italy during WW2. When he was 3 years old, his mother was taken to the concentration camp of Dachau and he was abandoned in the streets of Verona. He spent the next 5 years of his life living by himself as a street boy, stealing to eat and only thinking in his next meal.
When the war was over, his mother found him at a hospital dying of typhus. She took him to the US where he started a new life that finally led him to win a Nobel Price.
In an interview published in the May issue of Sophia, he says that when he was a street boy he had to put all his attention and focus on his next meal, and that he was so busy planning the next day that he didn´t have the capacity to be sorry for him.
He also says that he has been able to forgive and to forget. He was able to leave behind his sufferings and stop hurting himself. He forgot what he went through during those years as the only way to look ahead. And then, for 20 years, he did not say anything about his ordeal to anyone. Only just recently he allowed himself to speak openly about it.
I loved his testimony, so many things in common with what I have been saying.!!!! We also lived on a day to day basis, thinking in our next meal, being happy to live one more day and not being able to feel sorry for us. And I particularly feel very close to Mario Capecchi, when he de-dramatizes his ordeal and speaks about the need to forgive and forget to be able to live a fruitful life. I loved this phrase, to forget and forgive and look ahead. I am very impressed by his capacity to leave behind his ordeal in order to live his incredible “ordinary” life.
Mario Capecchi
Mario Capecchi ganó el premio Nobel de medicina en el año 2007. Nació en Italia durante la Segunda Guerra Mundial. Cuando tenía 3 años de edad, su madre fue llevada al campo de concentración de Dachau y él fue abandonado en las calles de Verona. Pasó su siguientes 5 años de vida viviendo por si mismo como un chico de la calle, robando para comer y solo pensando en cómo iba a hacer para conseguir su próxima comida.
Cuando la guerra terminó, su madre lo encontró en un hospital donde estaba muriendo de tifus. Lo llevó a los Estados Unidos donde pudo comenzar una nueva vida que lo llevó finalmente a obtener un Premio Nobel.
En una entrevista publicada en la edición de mayo de la revista Sophia, él dice que cuando fue un chico de la calle, debía poner toda su atención en su próxima comida, y que estaba tan ocupado planeando su próximo día que no tuvo capacidad para sentir lástima por si mismo.
También dice que ha podido olvidar y perdonar. Que ha podido dejar atrás sus sufrimientos y evitar continuar agrediéndose a si mismo. El olvidó lo que pasó durante esos años como la única manera de mirar hacia delante. Y después, durante 20 años, no habló de su tragedia con nadie. Solo recientemente, se ha permitido hablar abiertamente del tema nuevamente.
Me encantó su testimonio, tiene muchas cosas en común con lo que yo vengo diciendo!!!!! Nosotros también vivimos sobre la base del día a día, pensando en nuestra próxima comida y agradecidos de vivir un día más y sin capacidad de sentir pena por nosotros mismos. Particularmente, me siento muy cerca de Mario Capecchi cuando él desdramatiza su tragedia y habla de la necesidad de olvidar y perdonar para poder ser capaz de vivir una vida fructífera. Me encanta esta frase, “olvidar, perdonar y mirar para adelante”. Estoy muy impresionado por su capacidad de dejar atrás su tragedia y vivir una increíble vida “ordinaria”.
When the war was over, his mother found him at a hospital dying of typhus. She took him to the US where he started a new life that finally led him to win a Nobel Price.
In an interview published in the May issue of Sophia, he says that when he was a street boy he had to put all his attention and focus on his next meal, and that he was so busy planning the next day that he didn´t have the capacity to be sorry for him.
He also says that he has been able to forgive and to forget. He was able to leave behind his sufferings and stop hurting himself. He forgot what he went through during those years as the only way to look ahead. And then, for 20 years, he did not say anything about his ordeal to anyone. Only just recently he allowed himself to speak openly about it.
I loved his testimony, so many things in common with what I have been saying.!!!! We also lived on a day to day basis, thinking in our next meal, being happy to live one more day and not being able to feel sorry for us. And I particularly feel very close to Mario Capecchi, when he de-dramatizes his ordeal and speaks about the need to forgive and forget to be able to live a fruitful life. I loved this phrase, to forget and forgive and look ahead. I am very impressed by his capacity to leave behind his ordeal in order to live his incredible “ordinary” life.
Mario Capecchi
Mario Capecchi ganó el premio Nobel de medicina en el año 2007. Nació en Italia durante la Segunda Guerra Mundial. Cuando tenía 3 años de edad, su madre fue llevada al campo de concentración de Dachau y él fue abandonado en las calles de Verona. Pasó su siguientes 5 años de vida viviendo por si mismo como un chico de la calle, robando para comer y solo pensando en cómo iba a hacer para conseguir su próxima comida.
Cuando la guerra terminó, su madre lo encontró en un hospital donde estaba muriendo de tifus. Lo llevó a los Estados Unidos donde pudo comenzar una nueva vida que lo llevó finalmente a obtener un Premio Nobel.
En una entrevista publicada en la edición de mayo de la revista Sophia, él dice que cuando fue un chico de la calle, debía poner toda su atención en su próxima comida, y que estaba tan ocupado planeando su próximo día que no tuvo capacidad para sentir lástima por si mismo.
También dice que ha podido olvidar y perdonar. Que ha podido dejar atrás sus sufrimientos y evitar continuar agrediéndose a si mismo. El olvidó lo que pasó durante esos años como la única manera de mirar hacia delante. Y después, durante 20 años, no habló de su tragedia con nadie. Solo recientemente, se ha permitido hablar abiertamente del tema nuevamente.
Me encantó su testimonio, tiene muchas cosas en común con lo que yo vengo diciendo!!!!! Nosotros también vivimos sobre la base del día a día, pensando en nuestra próxima comida y agradecidos de vivir un día más y sin capacidad de sentir pena por nosotros mismos. Particularmente, me siento muy cerca de Mario Capecchi cuando él desdramatiza su tragedia y habla de la necesidad de olvidar y perdonar para poder ser capaz de vivir una vida fructífera. Me encanta esta frase, “olvidar, perdonar y mirar para adelante”. Estoy muy impresionado por su capacidad de dejar atrás su tragedia y vivir una increíble vida “ordinaria”.
4 comments:
Hola Pedro; gracias por haberme contestado y anadido mi comentario a tu blog (tema de Hans). Acabo de leer la ultima pagina a proposito de Mario Capecchi, y lo que dices me hace pensar en otro medico famoso : Boris Cyrulnik, el primero que ha tratado del concepto de resiliencia. Su vida y sus libros son apasionantes, su entrevistas en la TV tambien. Quizás lo concoces, o sino puedes leer su biografia o algo mas. Es Francés pero sus padres eran de procedencia rusa y murieron tambien en un campo de concentracion cuando era un nino. No estoy completamente de acuerdo contigo cuando dices que vivis una vida ordinaria, pienso que personas como tu y tus companeros, o personas como Capecchi o Cyrulnik sois heroes de la vida real, que permiten a los demas como yo de ser heroes del cotidiano. Es lo que quisiera decir, no se si me entiendes bien porque mi espanol no es perfecto ! Bien sincèrement. Armand.
Armand, me pones en un aprieto. Te juro que no soy un héroe. Sólo pasé una situación límite. Tu también lo hubieras hecho. En todo caso, somos todos héroes.
Un abrazo,
Pedro
Hace poco leí un libro del periodista Jon Krakauer sobre un episodio que sucedió en su vida en el año 1996. Una trágica expedición al Monte Everest (la peor tragedia del Everest en cuanto a victimas). Relacioné mucho la actitud de uno de los personajes con ustedes (los sobrevivientes) y ahora leyendo sobre lo que le sucedió a Mario Capecchie es casi imposible no traer a la mente a aquel personaje.
Beck Weathers llegando a la cima se quedó practicamete ciego a causa de una reciente operación en los ojos y a la presión debido a la altitud. A mas de ocho mil metros de altura debió esperar al jefe de la expedición para bajar atado a él. Pero en el everest se estaba desatando una tormenta, y a pesar de varias horas transcurridas este nunca llegó. Finalmente ayudado por otro guía comenzó el descenso agrupado también con otros montañistas. Pero el temporal, no dejaba ver mas allá de un metro lo que hizo que se perdieran y después de varias horas de agonía el grupo quedo varado en medio del temporal. Sin mas energías para caminar y sin saber que estaban a unos 300 metros del campamento mas cercano a la cima se acurrucaron en la nieve con desesperadas ganas de que la tormenta se calmase.
Con mas de 40 grados bajo cero Beck Weathers junto a sus compañeros empezaron un lento proceso de muerte. Finalmente, un guía llegó desde el campamento...pero para ese entonces beck y otra persona del grupo fueron dados por muertos. Beck había quedado tapado por la nevada y al descubrirle el rostro el guía notó que se le había formado una costra de hielo entorno a la cara y apenas respiraba. Estaba totalmente inconsciente y sus manos se habían congelado a tal punto que estaban negras. El guía se fue con otras tres personas de ese grupo, en medio de la noche, dando por muerto a Beck y a la otra montañista.
El caso es que a la mañana siguiente, mientras en el campamento se organizaban y empezaban a planear el rescate de las victimas mas graves, Beck recobró la conciencia de repente, abrió los ojos y se dio cuenta de su situación. O se levantaba y a pesar de no saber donde estaba y no tener vista caminaba, o esperaba a morir junto al cadáver de su compañera. Casi sin darse cuenta se incorporo de un salto y empezó a caminar paso a paso, trastabillando, con los brazos duros en la misma posición en que se le habían congelado. Después de caminar y caminar sin rumbo Beck se topó con unas piedras que le parecían extremadamente lisas...resultaron ser las carpas del campamento.
Para ese entonces sus compañeros totalmente sorprendidos lo vieron como un muerto viviente, casi una momia que se aproximaba a las carpas. Su cara estaba negra de congelada, sus brazos al igual congelados, rígidos y cruzados frente al torso. Sin poder articular palabra fue llevado a una carpa con muy pocas probabilidades de vida. Todavía estaban a mas de siete mil metros de altura y ningún helicóptero podría llegar hasta ahí arriba. Cada integrante de la expedición estaba luchando todavía por su vida, cada uno agobiado por el mal de altura, edemas, extremo cansancio y depresión por la perdida de doce personas que hasta el dia anterior habían sido sus amigos...lo vieron tan mal a Beck que fue olvidado en la carpa donde lo habían puesto. Tenía tan pocas probabilidades de vida que fue dado por muerto por segunda vez.
Esa noche otro temporal azoto la montaña. El viento rasgo la carpa de Beck Weathers, dejándolo prácticamente a la intemperie y solo otra vez. Para peor una de las solapas de nylon le cayó en la cara y este sin poder utilizar los brazos para sacarla de su rostro sintió asfixiarse. Para entonces había recuperado el habla así que gritó y gritó por ayuda durante toda la noche, pero a causa de la tormenta nadie lo escuchó. Beck paso la noche entre sollozos, asfixiándose y congelándose a causa de estar en una carpa abierta azotada por una tormenta. Para cuando amaneció creyó estar muerto. Sus compañeros pensaron lo mismo y el único que fue a despedirse del cuerpo antes de bajar al siguiente campamento, notó que aun estaba vivo y mas lucido que el dia anterior. Le vieron posibilidades de vida y comenzaron a tratarlo con medicamentos. Si quería vivir, todavía debía aguantar y bajar al siguiente campamento donde un helicóptero quizás podría bajarlo de la montaña. Su mejoría física y su actitud resultaron ser extraordinarias. Tal es así que al dia siguiente ayudado por dos yerpas que lo llevaban con sogas Beck pudo bajar al campamento y ser rescatado.
Finalmente Beck Weathers perdió por congelamiento parte de su brazo derecho, su mano izquierda, y partes de su rostro y de sus pies. Cualquiera pensaría que eso es lo peor que le pudo haber pasado en la vida...sin embargo Beck dice que aquella tragedia le termino dando mas de lo que le sacó. Su visión de la vida ahora es mucho mas clara y sencilla, su actitud es mas positiva que nunca y extrañamente el le recomendaba al periodista escritor del libro que "olvide, perdone y siga hacia adelante" que no se pregunte mas "porque", que solamente acepte lo que paso y que no se culpe ni busque culpables.
A veces me parece que tenemos que pasar por estas situaciones para darnos cuenta de lo que uno ya tiene y valorarlo de verdad. Será que la cercanía a la muerte hace valorar mas la vida? O será que pensamos que la muerte no nos va a llegar nunca?
Se me hizo demasiado largo el relato y no se si va a poder ser incluido en el blog...Bueno Pedro, a pesar de que siempre visito tu blog, casi nunca agrego cometarios...está vez creo que me excedí demasiado, para la próxima prometo ser mas breve. Muchísimas gracias por este espacio y por habernos cumplido un sueño a los integrantes del grupo Re-viven! Un abrazo!
Gracias Alexis, muy lindo tu comentario. Yo también he leído el libro de Krakauer "Into Thin Air". Es muy conmovedor el relato, pero no recordaba las reflexiones finales de Beck Weathers. Gracias por traerlo al Blog.!!!
Abrazos
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