Estamos viviendo tiempos tubulentos.
No paran de llegar malas noticias, lo que creemos que está bajo control, de golpe deja de estarlo y se transforma en un nuevo foco de tormenta. Los sistemas fallan, los planes son insuficientes y los planes alternativos fracasan antes de poder implementarlos. Nadie tiene el panorama completo, ni las máximas autoridades ni el hombre de la calle. Tienen visiones diferentes y enfrentan urgencias distintas. El tiempo apremia pero lo que era importante ayer ha dejado de serlo, hoy hay otras prioridades. Por otra parte la autoridad está desbordada, es limitada y además, cuando se quiere ejercer, limita.
En estas circunstancias, son necesarios nuevos liderazgos. Gente que desde su propia fortaleza y sus debilidades de un paso al vacío, un paso adelante, y haga un contribución significativa a resolver la crisis. Pero en estos casos, no hay una persona o una sola organización que se pueda hacer cargo de todos los desafíos que implica una situación tan compleja. Ya no importa quién está a cargo, quién debería liderar, lo que importa es que las funciones de liderazgo se ejecuten. Porque en estas situaciones aparecen los liderazgos colectivos, donde las distintas personas hacen una contribución significativa, donde los grupos o las sociedades ejecutanla función de liderazgo, es decir, se establecen metas y objetivos, se asignan responsabilidades y se alinea la tropa.
Y para eso se necesita transparencia, confianza, profesionalidad y mucho trabajo.
Lo anterior es producto de un trabajo del Center for Creative Leadership referido al tipo de liderazgo que surgió luego del paso del huracán Katrina por Nueva Orleans. Creo que se adapta muy bien a la situación en la que vivimos nosotros en los Andes y ayuda a explicar el tipo de liderazgo que se necesita en situaciones complejas. Se aplica increíblemente bien ya que nosotros en Los Andes fuimos claramente un caso deLiderazgo Colectivo.
También se aplica al mundo que vivimos hoy. Yo no tengo la solución a la crisis ni mucho menos. Yo solo digo que he pasado por situaciones muy difíciles en mi vida, y que de las crisis podemos y debemos salir fortalecidos. Porque se puede. Pero también es un llamamiento a que cada uno ocupe su lugar y haga esa mínima contribución significativa, y aunque no tenemos todas las respuestas, tengamos confianza de que vamos a salir. Aceptando lo mal que estamos pero sabiendo que vamos a salir adelante.
Con transparencia, confianza, profesionalidad y mucho trabajo.