Este camino, (interior y exterior), que he emprendido hace unos años, me ha llevado a visitar y reconocer gente y lugares que estaban conmigo cuando caí en Los Andes, y que después han quedado guardaditos en mi mochila, junto con los recuerdos, por muchos años.
Una parte de este recorrido, me lleva a mostrar el otro lado de la montaña, a testimoniar lo que vivimos allí arriba y lo que he hecho con ello después en mi vida, a gente que por mucho tiempo sintió que de eso, “no se hablaba”.
Hoy este camino, me llevará de nuevo a Chile, al Colegio donde terminé mi escuela secundaria, al lugar donde mis padres y compañeros ofrecieron una vez una misa por el descanso de mi alma, cuando yo no estaba.
Me tocará hablar en el Colegio San Ignacio del Bosque, pero en un ámbito distinto, donde bajo el título de “Liderazgo Ignaciano” intentaré explicar porqué hace casi 38 años llegué tarde a Chile.
No he vuelto a ver a mis compañeros, salvo aislada y esporádicamente, pero esta oportunidad, y el reencuentro posterior con ellos, será una gran oportunidad de saldar una de mis cuentas aún pendientes.
Espero con emoción ese momento.