Mi amigo Claudio Mayling, me invitó a participar en un diálogo abierto con Esteban Pino, excombatiente de la guerra de Malvinas que curiosamente vive en Uruguay.
La reunión fue muy linda, más de 150 jóvenes amigos de las hijas de Claudio estaban presentes, más un grupo de “selectos” adultos.
Esteban dio su testimonio y después en forma intercalada fuimos construyendo sobre lo que decía cada uno, marcando coincidencias y diferencias. Lo más impactante para mí, fue escuchar de voz de Esteban lo que fue su vuelta de Malvinas, escondidos en un ómnibus al cual se le habían tapado las ventanillas para que los del exterior no los vieran, y cómo a partir de ahí, el recibimiento heroico que ellos esperaban fue transformándose en marginación y desprecio por la sociedad civil.
Qué diferencia con lo nuestro, que solo hemos recibido cariño, comprensión y contención desde que volvimos. Qué falta hace en Esteban y sus compañeros el aplauso sanador que nosotros recibimos cuando volvimos de la montaña!
Me impresionó que entre sus papeles de trabajo, Esteban tenía el diálogo mío con Diego Nin que fuera originalmente publicado en este blog con el título “Sobre Traumas y Monumentos”. Esteban me comentó que ha circulado profusamente entre los combatientes de Malvinas y que ha ayudado a varios de ellos a darle sentido a su experiencia.
Agradezco a Diego por nuestro diálogo de entonces y estamos, ambos, muy contentos que haya ayudado a otros a superar sus propias montañas.